lunes, 25 de junio de 2012

DIMAGGIO LE PEGABA A MARILYN por juan vene


DIMAGGIO LE PEGABA A MARILYN

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Joe y Monroe estuvieron casados; revelan en un libro, que el pelotero estaba dentro de la mafia
Por Juan Vené
CORAL GABLES, Florida (VIP-WIRE)._ Marilyn Monroe, la mujer más deseada del mundo durante todo su reinado en el cine de Hollywood, murió en la plenitud de su carrera, a los 36 años de edad, víctima de una sobredosis de barbitúricos, el cinco de agosto de 1962, hará 50 años dentro de unas semanas.
Casi todos los hombres la deseaban por bonita, hermosa y sexi. En estos días hubiera celebrado sus 86 años, porque nació en Los Ángeles, el primero de junio de 1926, cuando la bautizaron como Norma Jeane Mortenson. Además del seudónimo Marilyn Monroe, que le impusieron en 1947, al comenzar su carrera de actriz, también fue llamada legalmente, según los esposos que tuvo, Norma Jeane Baker, Norma Jeane Dougherty y Norma Jeane DiMaggio.
Además de esos tres matrimonios, también se ha dicho durante décadas, que vivió un romance de alta temperatura con John Fitgerald Kennedy, cuando era Presidente de Estados Unidos.
Y su apellido DiMaggio obedeció a que su tercer esposo fue Joe DiMaggio, quien había sido cuarto bate y centerfielder estelar de los Yankees. Fueron marido y mujer durante nueve meses, en lo mejor de la vida profesional de ella, entre el 14 de enero y el 27 de octubre de 1954.
DiMaggio, uno de tres hermanos bigleaguers (Vince y Dóminic los otros), pasó 13 años de su vida uniformado con las rayas azules y verticales sobre blanco del equipo del Bronx, desde 1932 hasta 1951, menos 1943, 44 y 45, por cumplir con el servicio militar. Y en 10 octubres apareció con ellos en las Series Mundiales.
Hace ahora 13 años de la muerte de DiMaggio, ocurrida el ocho de marzo de 1999. Y en el libro “Joe DiMaggio: The Hero’s Life”, de Richard Ben Cramer, se lee que Joe le pegaba a Marilyn casi todos los días porque era en extremo celoso. Pero sin embargo, tres meses después de divorciados, estuvieron a punto de volverse a casar. También revela esa obra, que DiMaggio mantenía relaciones con mafiosos como Frank Costello, Abner (Longy) Zwillman y Richie (The Boot) Boiardo.
Esas amistades suyas eran tan íntimas, que por razones de seguridad y para evadir impuestos, Longy le dio a guardar una vez tres cajas repletas de billetes de banco de altas denominaciones. Y cuando Longy apareció ahorcado en su casa de West Orange, ese dinero quedó en poder de DiMaggio. Por otra parte, Boiardo le regaló a la primera esposa de Joe, Dorothy Arnold, el anillo de compromiso, que fue muy costoso, con enormes brillantes y esmeraldas. Dice también Cramer, que después de retirado del beisbol en 1951, Joe se convirtió en un amargado suspicaz, obsesionado por el dinero y por conservar su privacidad.
Al abandonar el uniforme número cinco, dejó atrás honorarios de los Yankees por 100 mil dólares al año, lo que entonces era uno de los sueldos más altos en Grandes Ligas. Pero en seguida se cobijó bajo el ala de Costello, quien en su propio Banco, el Bowery Bank, le abrió una cuenta. Y allí aparecían depositados 200 dólares por cada vista que Joe hiciera a los cabarets manejados por Costello, como el Copacabana, el Stork y el club Morocco.
Costello adoraba a Joe, y decía que era una prueba de amistad cooperar con unos dólares para su retiro. Desde luego, la ironía es que, no obstante su inclinación por vivir lejos del exhibicionismo, Joe hizo numerosos comerciales televisados del Bowery. Y por supuesto que cuando recalcaba por radio, televisión y en vallas lo seguro que estaría el dinero nuestro en ese Banco, sabía lo que estaba diciendo.
Cuando el terremoto de San Francisco, durante la Serie Mundial de 1989, la casa de DiMaggio, en el área de La Marina, sufrió daños totales. La vi y estaba muy destrozada, tanto, que dos días después se la llevaron como escombros.
En esos días, Joe hablaba de que estaba buscando a su hermana, pero siempre llevaba en las manos dos bolsas, que parecían contener basura. Los periodistas, y otras personas que lo vieron, creían que se aferraba a útiles históricos de su vida de pelotero. Pero realmente lo que guardaba allí eran 600 mil dólares en billetes que había ganado por firmar autógrafos.
No obstante tales características de avaro y de solitario, Joe DiMaggio confió en una persona, su abogado y confidente Morris Engelber. De él dice Cramer que lo explotó y que le quitó objetos tan valiosos, como la sortija de la Serie Mundial de 1936, a la cual calificaba Joe como su recuerdo más querido. Esa sortija, según el libro, se la arrebató Engelber al cadáver de DiMaggio, inmediatamente después de morir, batallando unos minutos para poder sacarla del dedo.
Engelber aprovechó al máximo que en los últimos años de su vida, DiMaggio había perdido la memoria y la habildad para contar. Era Engelber quien le manejaba todo.
Cramer, quien ganó el Premio de Periodismo Pulitzer, por su cobertura para el diario “Philadelphia Inquirer”, de la guerra del Medio Este en 1979, dedicó cinco años a investigar la vida de DiMaggio. Cuenta que intentó hablar con él, pero “Joe nunca quiso ayudar a nadie para ver dentro de su vida. Ahora se sabe por qué”.
También aparecen en “Joe DiMaggio: The Hero’s Life”, edición de Simon & Shuster, las relaciones de Joe DiMaggio con personalidades como Frank Sinatra, a quien igualmente se ha relacionado con la mafia, con la familia Kennedy y con Henry Kissinger.

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